La guerra de Malvinas culminó con el armisticio firmado por las autoridades militares británicas y argentinas el 14 de junio de 1982. A 42 años de la rendición de Puerto Argentino, el recuerdo de la fugaz recuperación de ese territorio es una herida que permanece abierta y sirve de recordatorio de la improvisada campaña impulsada por la cúpula militar en la que murieron 649 héroes argentinos.
"Una aventura militar". Así califica a la guerra de Malvinas el informe del gobierno nacional publicado en 2012 que detalla las responsabilidades de las autoridades militares en el conflicto armado entre Argentina y Gran Bretaña que ocurrió hacia el final de la la última dictadura cívico militar (1976-1983).
Después del desembarco en Malvinas
Tras 149 años de haber estado usurpadas, el 2 de abril de 1982 Argentina recuperó las Malvinas e islas del Atlántico Sur en una operación secreta y exitosa. Inicialmente la idea era torcer el brazo de los británicos en las negociaciones por la soberanía del archipiélago. A pesar de que el plan original no suponía la confrontación directa con el gigante naval, la cúpula militar que manejaba los destinos del país, a cargo de Leopoldo Galtieri, comenzó a enviar tropas para "defender las islas".
Este cambio de estrategia, que fue cuestionado por los artífices de la maniobra conocida como Operación Rosario, devino en el asimétrico conflicto bélico que duró poco más de dos meses.
Después de 74 días, la guerra del Atlántico Sur culminó con el documento de rendición firmado por el general de brigada Mario Benjamín Menéndez y el mayor general británico, Jeremy Moore, el 14 de junio de 1982. Dejando un saldo devastador que implicó pérdidas humanas (649 argentinos), un endeudamiento externo que condicionó la estabilidad económica del país, sanciones internacionales y daños a la larga tradición diplomática que distinguió a Argentina desde que se constituyó como nación.
1. Del combate final a la "rendición" de Puerto Argentino
Hacia junio de 1982 las tropas argentinas, a cargo del general de brigada Mario Benjamín Menèndez, resistían a pesar de la superioridad británica mediante aviones, buques y artillería, respaldada por su aliado de la OTAN, Estados Unidos.
En esta última fase de la guerra, el 11 de junio de 1982 el ejército británico embistió a las últimas posiciones argentinas en Monte Longdon -que fue uno de los momentos más intensos de la guerra- Dos Hermanas y Harriet. La retirada comenzó esa madrugada y continuó durante los siguientes días en los montes Wireless Ridge, Tumbledown, William y finalmente Sapper Hill.
Sin embargo, el embate final se dio en la batalla por Puerto Argentino, donde está la casa del gobernador que había sido echado por los argentinos durante la Operación Rosario del 2 de abril. A pesar de la insistencia de los comandantes que respondían en última instancia a los designios del presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri, los contingentes argentinos se fueron replegando hacia el corazón del archipiélago.
En tanto, el Batallón 5 de Infantería de Marina fue el último en rendirse. En la batalla final, 71 soldados argentinos y británicos murieron, mientras que las fuerzas británicas ya estaban en en Moody Brook, en las afueras de Puerto Argentino.
Guerra de Malvinas, hace 40 años: cronología de una mala decisión y de una triste derrota
2. La firma del armisticio
El 14 de junio el comandante conjunto de Malvinas y general de Brigada, Mario Benjamín Menéndez, concluyó que las tropas argentinas no tenían una chance y que la continuación de la resistencia solo produciría más bajas. Así, el general argentino desoyó las órdenes de Galtieri de prolongar la resistencia, quien luego había instado a no firmar ningún documento ni mucho menos hablar de capitulación o rendición.
De esta manera, en la tarde del 14 de junio de 1982 Menéndez se reunió con el comandante de las fuerzas terrestres británicas, el mayor general Jeremy Moore, y negoció los términos para el cese de las hostilidades, volcadas en el documento firmado el 14 de junio a las 23:59. Previo a eso, ya Moore había anunciado a la Junta militar británica la postura argentina mediante un telegrama.
"En Puerto Stanley, a las 9 de la noche, el mayor general Menéndez se rindió ante mí, incluyendo a todas las fuerzas armadas desplegadas en el oeste y este de las Malvinas. Nos encontramos negociando el regreso de los argentinos junto con sus armas y equipamiento, y disponiendo de manera segura de sus municiones. Las islas Malvinas están una vez más bajo el gobierno deseado por sus habitantes", escribió Moore en el telegrama.
Entre los términos de rendición se destacaron que las unidades argentinas quedaran bajo control de sus oficiales y retuvieran sus banderas, en lo que fue un reconocimiento de que "los argentinos han dado prueba de su valor y bravura en combate". También que la rendición fuera privada, y que los oficiales conservaran sus armas de mano.
El documento de rendición está exhibido en el Museo Nacional de Aeronáutica de Morón, provincia de Buenos Aires, y en el Museo Imperial de la Guerra situado en Londres, Inglaterra.
La entrevista de PERFIL a Mario Benjamín Menéndez
3. Los cuestionamientos a Galtieri y la cúpula militar
Menéndez había llegado a Puerto Argentino el 7 de abril de 1982, después de la exitosa maniobra que permitió echar a las autoridades británicas de las islas a la espera de una propuesta por parte de Londres, en un momento en el que su primera ministra, Margaret Thatcher, enfrentaba un fuerte descontento popular por sus políticas de gobierno.
Décadas después del armisticio, Menéndez, que fue gobernador del archipiélago durante la guerra, alzó la voz contra el accionar de Galtieri durante el conflicto bélico al igual que hicieron otros militares testigos de esa época. "Malvinas fue una guerra imprevista e improvisada", dijo en una entrevista con C5N en 2012, alegando que "no se había pensado en la alternativa de una guerra".
Con respecto al momento previo a la firma del armisticio con Reino Unido, Menéndez, que falleció en 2015, detalló que vivieron una situación "terrible". "Tenía la idea de que Galtieri no se daba cuenta que nos estaban derrotando en Malvinas, o decían: Dios proveerá", dijo en una entrevista con PERFIL de 2009.
"La situación estaba absolutamente deteriorada. Hablé con el general Galtieri y se la describí. Él no podía o no quería entenderla, así que se lo tuve que repetir y le pregunté si podía contar con algún apoyo aéreo u otra cosa. Me explicó que no me podía garantizar ninguno. Entonces, le dije: 'Como comandante, no sé qué va a ser de esta guarnición al final del día de hoy. Ante eso, me voy a hacer responsable'. Y le corté", agregó.
4. El informe Rattenbach
Con el retorno a la democracia se cuestionó la estrategia de las autoridades militares sobre el conflicto y su grado de responsabilidad. Para esclarecer los hechos, en 2012 se creó la Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur, más conocido como Informe Rattenbach.
Éste analiza las responsabilidades políticas, militares y estratégicas de la guerra de las Malvinas, y responsabiliza a los niveles superiores militares por la derrota de la contienda. Sin embargo, realza el "valor extraordinario" de las tropas argentinas, especialmente de los quienes fueron enviados a dicha "aventura militar" en una suerte de "condena de muerte".
"Más allá del resultado del conflicto bélico, nuestras FF.AA pueden estar satisfechas de su actuación durante la contienda, ya que enfrentaron a una potencia mundial de primera magnitud, apoyada política y logísticamente por los Estados Unidos", destaca el apartado 884 del informe.
En los 74 días que duró la guerra de Malvinas, 649 oficiales, suboficiales y soldados argentinos murieron. A las pérdidas humanas se suman el hundimiento el ARA General Belgrano; de la lancha patrullera ‘Alférez Sobral’ y del remolcador ‘Narwal’. También se perdieron 72 aviones de guerra y 23 helicópteros y los daños al transporte ‘Isla de los Estados’ y al submarino ‘Santa Fe’.
Aniversario de la guerra de Malvinas
CP